Este II Plan de Juventud ha cohesionado el ímpetu puesto desde esta Institución junto con las necesidades e intereses de la juventud de la provincia. El resultado es un proyecto de trabajo conjunto con grupos juveniles, con otros agentes sociales, sumando las aportaciones del personal técnico y de jóvenes con responsabilidad en la elaboración y ejecución de políticas públicas para la juventud. La consecuencia es un plan que ha superado con creces nuestras expectativas, un plan de carácter transversal, con conciencia social que tiene muy en cuenta la diversidad de la juventud (en la más amplia concepción de la palabra) y con perspectiva de género.

Esta administración sabe que las jóvenes y los jóvenes representamos un presente latente (latente porque habitualmente se dice que la juventud es el futuro, algo incierto porque la juventud somos el presente en este momento), cambiante y diverso que requerimos la máxima atención y la consideración conjunta de nuestros intereses y necesidades en todos los sectores de nuestras vidas. Es necesario innovar y reinventar así como optimizar los recursos humanos, financieros y administrativos disponibles a todos los niveles de acción pública y privada. Es una necesidad canalizar todos los esfuerzos en programas, proyectos y acciones específicas que a nacen mediante el diálogo y la búsqueda de consenso, la participación, libre de toda la juventud, en el desarrollo político, social, económico y cultural de la sociedad. Es urgente facilitar unos niveles de responsabilidad y participación que nos permitan ser agentes con implicación suficiente para lograr erradicar la invisibilidad a la que nos somete a veces la propia sociedad.